Genis Mendoza Gutiérrez ha dedicado 50 de sus 71 años de vida,  al comercio de diferentes productos en el centro de Barranquilla.  Esta soledeña es una mujer emprendedora que vende lo que sea de temporada, pero la mayor parte del año se dedica a el comercio de flores artificiales en la Plaza de San Nicolás.

Por dedicarse toda la vida a la informalidad y no haber tenido un empleo fijo, Genis aprovecha el fin de año y  Navidad para ganarse "sus primas" y poder comprar la ropa de diciembre.

Ahora, con el apoyo de la Alcaldía Distrital ha dignificado su trabajo y ha superado los riesgos del pasado. Antes vendía con el riesgo de que Espacio Público "nos quitara los palos y plásticos que utilizaban para la venta".

Está organizada y no vive en esa zozobra del pasado, pero al llegar la época decembrina tiene su espacio en la Feria del Juguete y deja el negocio de las flores a cargo de su esposo para trasladarse con dos hijos y un nieto a la Feria del Juguete, en el Paseo Bolívar. 

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“Mi negocio todo el año es vender flores en la plaza de San Nicolás. Mi módulo o local es el número 10. Allí paso todo el año vendiendo flores, de allí  sobrevivo todo el año.  Después llega la época de diciembre  y me dedico a vender los juguetes. como uno no tiene prima ni tiene vacaciones ni nada, entonces nosotros tratamos de sacar las primas y las vacaciones de lo que nos ganamos de la juguetería”, dijo la mujer a Zona Cero. 

Pero después del 25 de diciembre, cuando termina la Feria del Juguete, su iniciativa de continuar en el comercio no acaba y se enfila a la venta de la fiesta que se avecina en la ciudad: el Carnaval. 

“Nos metemos en el Carnaval a vender disfraces tradicionales como el Monocuco, la Negrita Puloy, la  Marimonda, el de Cumbiamberos y cumbiambera, todos los sombreros vueltiaos”.

Desde el pasado 11 de diciembre doña Genis está en pie de lucha en la Feria del Juguete. Todos los días se levanta a las 5 de la mañana y se viene para la Feria, donde se queda vendiendo hasta las 9 de la noche. 

Recordó cómo era vender sus productos en la calle sin los permisos correspondientes. 

“Nosotros invadíamos el Paseo Bolívar. De allí la Alcaldía decidió darnos estos puestos”, dijo la mujer. 

Desde hace 8 años está segura sin temor a ser desalojada en la Feria del Juguete, donde hay funcionarios de la Secretaría de Espacio Público y Policía atendiendo los requerimientos de los comerciantes y sin necesidad de desalojarlos.

Es soledeña, como ella mismo lo dice “comedora de butifarra”, pero su generación (sus padres y abuelos) son de Sitionuevo, Magdalena.

A esta mujer Barranquilla la acogió y le abrió las puertas para el sustento diario de su familia. Empezó vendiendo ropa hace unos 50 años atrás, luego pasó a la venta de cristalería, calderos y tanques en el centro de la ciudad, pero fue solo hasta la venta de flores, hace 13 años, cuando el Distrito le cedió un espacio en la Plaza de San Nicolás.

“Estamos posesionados en un lugar que la Alcaldía nos regaló. Porque ellos nos dieron el don de ser vendedores estacionarios. Y de allí fue que nos ganamos los puestos que tenemos hoy en día”, dijo.

En la Feria está en la carpa 42, en el Paseo Bolívar. 

“Los juguetes que más están vendiendo son las patineta eléctrica, los carros eléctricos, las cosas de control remoto, las muñecas bonitas. Hay muchas muñecas que salieron nuevas, unas que son muy reales”, expresó.

A su edad sigue como el primer día. Una comerciante guerrera y echada para adelante. El orgullo de su familia.